Cualquier capitalista inteligente sabe que necesita un planeta a dónde poder ganar y gastar su dinero, y por ello es que se invierten cientos de miles de millones de dólares al año en investigación para descubrir e inventar soluciones que posibiliten a los seres humanos vivir con comodidades y tecnología, al inversionista seguir obteniendo ganancias y al planeta continuar existiendo.
En realidad, el mayor problema para el planeta son los gobiernos que se dedican a cacarear diatribas contra el imperialismo y el capitalismo, y a favor del medio ambiente, mientras que no hacen nada por promover un mejor y más sano uso de los recursos planetarios y, peor aún, en nombre de la soberanía, el desarrollo y el ambientalismo, construyen carreteras destruyendo selvas tropicales, se niegan a recibir bonos verdes por su mantenimiento y tildan de “nuevo colonialismo” a los movimientos ambientalistas (dicho por Evo Morales).
Mientras algunos gobernantes cacarean ¿Qué es lo que hacen muchos capitalistas?
En España se hacen populares las “huertas solares”, que son una agrupación de paneles solares para la producción de energía eléctrica que sirve para el consumo del productor y para vender lo restante a la red eléctrica. Esta es una nueva forma de inversión para los españoles, pues además de sostener su propio consumo sin tener que pagar nada a las compañías eléctricas, ganan dinero produciendo electricidad y cuidan el planeta. España es un Estado en que los gobiernos cacarean menos y hacen más, pues por decreto ley 436/2004, el gobierno obliga a las compañías eléctricas a comprar la energía producida por las instalaciones fotovoltaicas, garantizando así la inversión de los ciudadanos.
Más millones de inversión han dado como resultado la creación de automóviles eléctricos para la venta en el mercado. Nissan, Kia, Peugeot, Citroen, Mitsubishi y Renault, entre muchas otras, son las empresas que han puesto a disposición del público automóviles que ya no requieren de combustibles fósiles para su funcionamiento, con autonomía de alrededor de 200 Km y velocidad de más de 100 Km por hora. Vehículos silenciosos y sin emisiones de carbono se constituyen en una solución a los problemas del planeta. En lugar de cacarear, los gobiernos otorgan liberaciones impositivas, facilidades y ayudas, para los ciudadanos que opten por el nuevo transporte limpio.
Un tercer ejemplo contra el cacareo inútil: Se habla mucho sobre la futura escasez de agua en el mundo y hasta se sigue con la leyenda de que las siguientes guerras se librarán por el agua dulce. Sin embargo, ya se ha desarrollado la tecnología necesaria para desalinizar el agua de los océanos –que son dos tercios de la superficie planetaria- Los métodos aún son costosos, pero más millones en investigación están dando cada vez mejores resultados. Muy cerca de aquí, en la República de Chile, existe la Planta Desalinizadora de Antofagasta, todo un testimonio de la apuesta que hace aquel país por la seguridad de que sus ciudadanos siempre cuenten con tan valioso elemento.
Bolivia, por otro lado, en lugar de pensar en el futuro y proponer la firma de un protocolo complementario al tratado de 1904, que le permita la extracción libre e irrestricta de agua de mar del Pacífico –el tercer océano menos salino del planeta- se dedica a cacarear sobre el medio ambiente mientras que la contaminación del río Rocha y la laguna Alalay de Cochabamba las han convertido en poco menos que alcantarillas al aire libre.